jueves, 12 de julio de 2012

Charles Perrault


N
ació en París el 12 enero de 1628, junto a su hermano gemelo, en el seno de una familia perteneciente a la alta burguesía.
Estudió literatura en el colegio de Beauvais en París, desde 1637, con notas sobresalientes.
Obtuvo el título de Abogado en 1651 y pronto se convirtió en funcionario, 
protegido por Colbert.
Participó en la creación de la Academia de las Ciencias y en la restauración de la Academia de Pintura.
En 1654, es nombrado funcionario, para trabajar a las órdenes de su hermano mayor, que se desempeñaba como Recaudador General. Desde 1663, fue secretario de la Academia Francesa y comenzó a trabajar bajo las órdenes de Colbert. En 1665, se convierte en el primero de los funcionarios reales. Su buena fortuna burocrática terminó en el año 1680, cuando su puesto de primer funcionario es ocupado por el hijo de Colbert.
En 1672 se casó con Marie Guichon, con quien tuvo cuatro hijos, pero quedó viudo, al fallecer su esposa, tras el último alumbramiento.
Escribió cuarenta y seis obras, la primera, data de 1661 y se titula “Los muros de Troya”.

En su obra, criticó a los partidarios de la tradición literaria de la antigüedad, enrolándose en el modernismo. Son ejemplo de estas convicciones: “El Siglo de Luis el Grande”, a quien elogia, y “Paralelo de los Antiguos y los Modernos” (1688-1692). Esto le vale un distanciamiento con Boileau.
El género de los Cuentos de hadas, es el que lo consagra como escritor.
Publicados en 1697, “Historias o Cuentos del tiempo pasado” o “Cuentos de mi madre la Oca”, son representativos de su gran genio literario. En ellos, tiñó de magia algunos lugares que le eran familiares, como por ejemplo el Castillo de Ussé en “La Bella Durmiente”. “Las hadas” , “ Caperucita Roja”, “La Bella durmiente del Bosque”, “Barba Azul”, “Piel de Asno”, “Cenicienta” y “El Gato con Botas” y “Pulgarcito”, son representativas de este género.
Falleció en París, el 16 de mayo de 1703.

sábado, 19 de mayo de 2012

Íñigo López de Mendoza Marqués de Santillana


(1388 – 1458)
  Don Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, nació en Carrión de los Condes, Palencia, en 1388. Fue hijo de don Diego Hurtado de Mendoza y de doña Leonor de la Vega, dama inteligente y rica. Al morir su padre, el pequeño Iñigo quedó al cuidado exclusivo de su madre y de su abuela. Joven todavía, se casó con doña Catalina de Figueroa
 Como los grandes caballeros de su tiempo, tomó parte en la política de aquella época, unas veces al lado del rey Juan II de Castilla y otras contra él. Fue partícipe en varias batallas y, por su esfuerzo en la contienda de Olmedo, obtuvo los títulos de Marqués de Santillana y conde de Manzanares, merecidos títulos concedidos por el rey. Más tarde se retiró a su  palacio, ubicado en Guadalajara, en donde falleció en 1458.
 Era el Marqués de Santillana, además de buen político y guerrero, fue muy culto. Poseía una de las mejores bibliotecas de su tiempo. Se le puede considerar como el primer poeta del siglo XV. Gran vate, muy conocido sobre todo por sus encantadoras serranillas, dezires y canciones, o sea, por poesía de arte menor. Es aquí en donde mejor se puede observar su gran inspiración poética, la sencillez y el encanto inimitables de este poeta castellano.
 Sus principales obras son La comedieta de ponza, Bías contra fortuna, sus Proverbios y los numerosos sonetos al estilo italiano.

Serranilla

Moça tan fermosa
Non vi en la frontera,
Como una vaquera
De la Finojosa.
Faciendo la vía
Del Calatraveño
A Sancta María,
Vencido del sueño
Por tierra fragosa
Perdí la carrera,
Do vi la vaquera
De la Finojosa.
En un verde prado
De rosas e flores,
Guardando ganado
Con otros pastores,
La vi tan graciosa
Que apenas creyera
Que fuese vaquera
De la Finojosa.
 Non creo las rosas
De la primavera
Sean tan fermosas
Nin de tal manera,
Fablando sin glosa,
Si antes sopiera
D’aquella vaquera
De la Finojosa.
Non tanto mirara
Su mucha beldat,
Porque me dexara
En mi libertat.
Mas dixe: «Donosa
(Por saber quién era)
¿Dónde es la vaquera
De la Finojosa?...»
Bien como riendo,
Dixo: «Bien vengades;
Que ya bien entiendo
Lo que demandades:
Non es desseosa
De amar, nin lo espera,
Aquessa vaquera
De la Finojosa».



miércoles, 9 de mayo de 2012

Evaristo Valle




(Gijón, 1873 - 1951) Pintor español. Durante su juventud desempeñó varios oficios en una refinería de petróleo y en talleres litográficos de Gijón y París, donde residió de forma intermitente varios años y publicó sus primeros dibujos y caricaturas en revistas. En la capital francesa fue estimulado por el dibujante Daniel Urrabieta y entró en contacto con los ambientes postimpresionistas y simbolistas; se interesó por la pintura de Gauquin y por el dibujoToulouse-Lautrec. De regreso a su tierra natal (1900), cultivó preferentemente la litografía, pero a partir de 1903 se dedicó exclusivamente a la pintura.
Entre 1902 y 1905 se estableció de nuevo en París, ciudad en la que residió por última vez en entre 1908 y 1911. Fueron años de tanteo y experimentación entre el simbolismo inicial, un fauvismo epigonal y el deje caricaturesco que no iba a abandonar ya en toda su carrera creativa. En 1911 regresó a Gijón, aquejado de una agorafobia grave que lo mantuvo casi inactivo durante cuatro años. A partir de 1915 retomó con cierta cautela la actividad artística y se dedicó especialmente a la pintura costumbrista, tanto rural como urbana. En los años siguientes fue afinando un estilo pictórico caracterizado por unos efectos lumínicos a medio camino entre lo experimentado por algunos impresionistas y el sistema cromático fauvista.
Con todo ello, aplicado a su mundo costumbrista, consiguió en su momento efectos verdaderamente sorprendentes, y adquirió un creciente prestigio artístico tanto en su país como en el extranjero. Sus series costumbristas vinieron a ser complementadas a partir de 1927 (año de su viaje a Estados Unidos y Cuba) con cuadros de escenas populares caribeñas de encendido colorido, similares, al menos en lo superficial, a los célebres cuadros isleños de Gauguin.
Simultáneamente, desarrolló el motivo de la máscara y el carnaval, ámbito en el que consiguió algunas de sus mejores series pictóricas. Las escenas carnavalescas de Evaristo Valle se asocian de manera inmediata con las de su contemporáneo José Gutierrez Solana (más ligeras, festivas y oníricas), aunque en ocasiones parezcan inspiradas en algunos de los Caprichos de Goya
El conjunto de su obra, dedicada en su mayor parte a la representación de temas populares asturianos y paisajes de su tierra, puede en general enmarcarse dentro de un expresionismo figurativo de línea regionalista. Además de sus Carnavaladas y cuadros de tema caribeño, debe destacarse su atención a mineros, pescadores, marinos y a las clases trabajadoras tradicionales, tipos que responden a una intención no sólo estética, sino también testimonial.
Sus dibujos y caricaturas fueron publicados en Le RireEl Independiente y El Comercio, de Gijón, y en La Esfera; ilustró además varios libros. Evaristo Valle cultivó también la literatura, siendo destacable, junto a su autobiografía, su novela Oves e Isabel (1919). En 1983 tuvo lugar en Somio (Gijón) la inauguración de la Fundación Museo Evaristo Valle, promovida por María Rodríguez del Valle, sobrina del pintor, donde se conserva una gran parte de la obra del artista.

Fiesta
En la huerta 
Jugando a los bolos 
Recogiendo la manzana 

Vuelta del mercado 
Aldeana

jueves, 19 de abril de 2012

Vicente Aleixandre Merlo



(1898-1984)
Poeta sevillano perteneciente a la llamada " generación del 27", que obtuvo el premio Nacional  de Literatura en 1933.Aunque no militaba en ningún partido político, al estallar la guerra civil prestó apoyo a la causa republicana , suscribiendo, en unión de otros escritores , dos manifiestos de la Alianza de Intelectuales Antifascistas , uno de ellos en protesta por los bombardeos de que era victima Madrid y el otro estimulando a la población civil a la resistencia (".... El fascismo prepara una nueva y más cruel batalla a nuestras puertas . Todas las energías, el torrente de heroísmo que hizo a nuestra ciudad inexpugnable el glorioso 7 de noviembre  , han de ser movilizadas de nuevo y con el mismo ímpetu de entonces  ....El triunfo de nuestra causa es el triunfo de la cultura ...")
Colaborador de la revista El mono azul , donde publicó , entre otros trabajos , " El romance del fusilado " y "El miliciano desconocido " . Al terminar la contienda opto por quedarse en Madrid, adoptando una actitud de silencio total , de "exilio interior ", como el mismo la califico , prohibiéndose durante algunos años , por algunas autoridades vencedoras , la circulación publica de sus obras . En 1962 protesto públicamente- en unión de otros intelectuales - contra los métodos represivos y autoritarios que entonces imperaban en el país . Autor, entre otros libros, de  Espadas como labios , Pasión en la tierra , La destrucción o el amor, Sombra del paraíso,  Historia del corazón.
Miembro de la Real Academia Española .Premio Nobel de Literatura en 1977

  El Lazarillo y el mendigo

El lazarillo
   ABUELO, ya es inútil. No avanzo más. El
      día
cae y la noche me asusta por esos campos
   crudos.
Tampoco vos sois de fiar. La noche
es pícara y guarda a veces un puñal silencioso
mientras ríen sus luces.
Mi padre era belitre, pero yo no soy hijo
de nadie. Nací y abrí los ojos,
y la noche reinaba. Ni madre tuve, creo.
El Mendigo.
   Calla. No tientes al demonio: hijo del sol,
criatura hermosa que a oscuras busco, y creo.
Tú eres hijo de nadie. Vamos: ¡en marcha!

El Lazarillo.
                                                        Río
si creéis que marchando yo os sigo. Allí la
   luna
sangrienta hace su signo, y conozco. Hijo del
   sol,
demonio: como queráis. Que él os acorra y 
   guíe.
Que yo soy chico, busco otra luz, y a solas
   pienso.
Nadie me enseñó nada. Sólo la luz y el cielo,
o el agua y esos montes, o esas breñas o abajo,
el arenal. Un largo día he vivido. Roí
un duro pan. Mamé del suelo.

Comí a veces frío sólo
cuando vi amanecer en el quicio, y aprendí
a estar antes que a ser. Pues, ¿fui? Lo dudo.

El Mendigo.
   Hijo de tal. Me río yo también, bestia chica
Podrido estás, y bien temprano. No creo, Creer
   es dar,
y por eso no creo.
Pero tú eres muy joven, y el oficio
del joven es creer. Yo creí mucho tiempo.
Bregué con luces negras, creyendo. Con luces
   rojas,
creyendo aún. Con luces amarillas

cuando ya descreído.
Hoy creo en el demonio,
que es la duda absoluta, Hijo del sol le sé,
porque no creo en la noche.
Pero tú... Tú ni existes. En ti no creo: Estoy 
solo.

El Lazarillo.
   ¿Solo? Contra esa piedra no embestiste
      porque yo estoy.
¡Existo!

El mendigo
   Pero la soledad es mi certeza. Y creo,
hijo del sol, dueño mío, mi esperanza absoluta.
Mi destrucción amante bajo el sol espesísimo.
Creo, creo.

El Lazarillo.
   Tú gritas, pero no te conozco. No seguiré:
      estás solo.

Menudo soy, pero mi frente roza
otras estrellas prometidas. Bebo,
bebo esa luz y aguardo. siento crecer mi carne,
estirarse mi cuerpo, cumplirse poco a poco
mi realidad completa que está en mí y en mí
   espera.
Soy un niño creciendo, maravillosamente
incrustado en la luz, pues que soy, pues que
dudo.
Sólo quien duda existe.

El Mendigo.
   Creo, pues que dejé de creer milenios hace.
Dueño mío, temeraria prisión del pensamiento,
arrecife donde quiebro mis huesos en las noches
   feroces.
Salud que es estertor. Creo, creo. Mi amor
   único y ciego
donde acabo y me tienes. Hijo del sol hermoso,
imagen de la vida. Creo, creo y te aguardo,
en mí estoy y termino.

Destrucción, tú me has hecho.

El Lazarillo.
   Nada sé, nada espero. Pues lentamente
      crezco y miro y abro
mis ojos. dudo, hermoso confín que se dibuja.
Dudo, azul increíble.
Dudo, cóndor del aire, fuego de voz, censura.
Dudo, clamor o muro. dudo, mientras siento
   tus besos.
Oh, realidad, porque dudo en ti crezco.

El mendigo.
   Solo estoy. ¿No me escuchas, hijo de tal?
¿Te has ido?
Si aún estás, dame mano. Ayúdame. te espero.

El Lazarillo.
   Sólo la luna es fría. Soledad de estos huesos
Siento la luz viviéndome. Si no sé, yo palpito.
Tocan mis pies las aguas y mis labios el fuego.
Solo estoy. Pues no creo. Pues dudé, vivo cierto.

El mendigo.
En esta luz total estoy, y existo.

El Lazarillo.
   La duda
despierta en mi corazón cuando despierto
y amo. Amo porque no sé.

El mendigo.
                      Porque sé, ya me duermo.
             (De Diálogos del conocimiento.)







viernes, 13 de abril de 2012

Gustavo Adolfo Bécquer




(Gustavo Adolfo Domínguez Bastida; Sevilla, 1836-Madrid, 1870) Poeta español. Hijo y hermano de pintores, quedó huérfano a los diez años y vivió su infancia y su adolescencia en Sevilla, donde estudió humanidades y pintura.
En 1854 se trasladó a Madrid, con la intención de hacer carrera literaria. Sin embargo, el éxito no le sonrió; su ambicioso proyecto de escribir una Historia de los templos de España fue un fracaso, y sólo consiguió publicar un tomo, años más tarde. Para poder vivir hubo de dedicarse al periodismo y hacer adaptaciones de obras de teatro extranjero, principalmente del francés, en colaboración con su amigo Luis García Luna, adoptando ambos el seudónimo de «Adolfo García».
Durante una estancia en Sevilla en 1858, estuvo nueve meses en cama a causa de una enfermedad; probablemente se trataba de tuberculosis, aunque algunos biográfos se decantan por la sífilis. Durante la convalecencia, en la que fue cuidado por su hermano Valeriano, publicó su primera leyenda, El caudillo de las manos rojas, y conoció a Julia Espín, según ciertos críticos la musa de algunas de susRimas, aunque durante mucho tiempo se creyó erróneamente que se trataba de Elisa Guillén, con quien el poeta habría mantenido relaciones hasta que ella lo abandonó en 1860, y que habría inspirado las composiciones más amargas del poeta.
En 1861 contrajo matrimonio con Casta Esteban, hija de un médico, con la que tuvo tres hijos. El matrimonio nunca fue feliz, y el poeta se refugió en su trabajo o en la compañía de su hermano Valeriano en las escapadas de éste a Toledo para pintar.
La etapa más fructífera de su carrera fue de 1861 a 1865, años en los que compuso la mayor parte de sus Leyendas, escribió crónicas periodísticas y redactó las Cartas literarias a una mujer, donde expone sus teorías sobre la poesía y el amor. Una temporada que pasó en el monasterio de Veruela en 1864 le inspiró Cartas desde mi celda, un conjunto de hermosas descripciones paisajísticas.
Económicamente las cosas mejoraron para el poeta a partir de 1866, en que obtuvo el empleo de censor oficial de novelas, lo cual le permitió dejar sus crónicas periodísticas y concentrarse en sus Leyendasy sus Rimas, publicadas en parte en El museo universal. Pero con la revolución de 1868, el poeta perdió su trabajo, y su esposa lo abandonó ese mismo año.
Se trasladó entonces a Toledo con su hermano Valeriano, y allí acabó de reconstruir el manuscrito de las Rimas, cuyo primer original había desaparecido cuando su casa fue saqueada durante la revolución septembrina. De nuevo en Madrid, fue nombrado director de la revista La Ilustración de Madrid, en la que también trabajó su hermano como dibujante.
El fallecimiento de éste, en septiembre de 1870, deprimió extraordinariamente al poeta, quien, presintiendo su propia muerte, entregó a su amigo Narciso Campillo sus originales para que se hiciese cargo de ellos tras su óbito, que ocurriría tres meses después del de Valeriano.

Rima V
Espíritu sin nombre, 
indefinible esencia, 
yo vivo con la vida 
sin formas de la idea. 

Yo nado en el vacío, 
del sol tiemblo en la hoguera, 
palpito entre las sombras 
y floto con las nieblas. 

Yo soy el fleco de oro 
cae la lejana estrella; 
yo soy de la alta luna 
la luz tibia y serena. 

Yo soy la ardiente nube 
que en el ocaso ondea; 
yo soy del astro errante 
la luminosa estela. 
Yo soy nieve en las cumbres, 
soy fuego en las arenas, 
azul onda en los mares 
y espuma en las riberas. 

En el laúd soy nota, 
perfume en la violeta, 
fugaz llama en las tumbas 
y en las ruinas hiedra. 

Yo atrueno en el torrente, 
y silbo en la centella, 
y ciego en el relámpago, 
y rujo en la tormenta. 

Yo río en los alcores, 
susurro en la alta yerba, 
suspiro en la onda pura, 
y lloro en la hoja seca. 

Yo ondulo con los átomos 
del humo que se eleva 
y al cielo lento sube 
en espiral inmensa. 
Yo, en los dorados hilos 
que los insectos cuelgan, 
me mezco entre los árboles 
en la ardorosa siesta. 

Yo corro tras las ninfas 
que en la corriente fresca 
del cristalino arroyo 
desnudas juguetean. 

Yo, en bosques de corales 
que alfombran blancas perlas, 
persigo en el Océano 
las náyades ligeras. 

Yo, en las cavernas cóncavas, 
do el sol nunca penetra, 
mezclándome a los gnomos, contemplo sus riquezas. 

Yo busco de los siglos 
las ya borradas huellas, 
y sé de esos imperios 
de que ni el nombre queda. 

Yo sigo en raudo vértigo 
los mundos que voltean, 
y mi pupila abarca 
la creación entera. 

Yo sé de esas regiones 
a do un rumor no llega, 
y donde informes astros 
de vida un soplo esperan. 

Yo soy sobre el abismo 
el puente que atraviesa; 
yo soy la ignota escala 
que el cielo une a la tierra. 

Yo soy el invisible 
anillo que sujeta 
el mundo de la forma al mundo de la idea. 

Yo, en fin, soy ese espíritu, 
desconocida esencia, 
perfume misterioso, 
de que es vaso el poeta.

sábado, 24 de marzo de 2012

John Keats




(Londrés, 1795-Roma ,1821).Poeta británico . La muerte de su padre y su humilde procedencia le llevaron a trabajar como practicante en casa de un cirujano, para ingresar más tarde como estudiante externo en el Guy´s Hospital de Londrés (1815). Su afición a la lectura le descubrió el mundo de la poesía , en la que se inicio bajo la influencia de Spenser . En casa de su amigo Leigh Hunt , critico y poeta , conoció a Shelley , con quien trabó amistad.
Publicó su primer volumen de poemas en 1817 y, a pesar de su escaso éxito, decidió abandonar la cirugía para dedicarse  solo a la literatura . Al año siguiente apareció Endimión (1818) , que fue mal recibida por la critica . A su regreso a Londrés , tras una temporada en la zona de los lagos y el Oeste de Escocia , asistió a la muerte de su hermano , aquejado de tuberculosis , lo que le afecto profundamente.
El propio Keats sufría la misma enfermedad ; tras mudarse a casa de su amigo Charles Armitage Brown, en Hampstead , se enamoró de la hija de un vecino , Fanny Brawne , quien le inspiro la mayoría de sus poemas , recogidos en el volumen Lamia , Isabella , La víspera de Santa Inés, y otros poemas (1820), que incluía sus mejores poemas : El inacabado  Hiperión, sobre la mitología griega , y sobre todo su celebre serie de odas (Oda a un ruiseñor, Oda a una urna griega ).
Su estado de salud se deterioró , por lo cual decidió embarcar con su amigo Severn hacía Nápoles , en lo que parecía la ultima posibilidad del poeta para sanar , aunque murió unos meses más tarde. Pese a tratarse del vate más joven de los grandes románticos británicos, es uno de los líricos más  importantes en lengua inglesa   .En 1848 aparecieron sus cartas y su diario, que completan una obra de excepcional pureza expresiva y admirable dominio poético en su aspiración por alcanzar  la belleza absoluta.



POEMAS DE J. KEATS (Antología)

A UNA URNA GRIEGA
Tú, todavía virgen esposa de la calma,
criatura nutrida de silencio y de tiempo,
narradora del bosque que nos cuentas
una florida historia más suave que estos versos.
En el foliado friso ¿qué leyenda te ronda
de dioses o mortales, o de ambos quizá,
que en el Tempe se ven o en los valles de Arcadia?
¿Qué deidades son ésas, o qué hombres? ¿Qué doncellas rebeldes?
¿Qué rapto delirante? ¿Y esa loca carrera? ¿Quién lucha por huir?
¿Qué son esas zampoñas, qué esos tamboriles, ese salvaje frenesí?
Si oídas melodías son dulces, más lo son las no oídas;
sonad por eso, tiernas zampoñas,
no para los sentidos, sino más exquisitas,
tocad para el espíritu canciones silenciosas.
Bello doncel, debajo de los árboles tu canto
ya no puedes cesar, como no pueden ellos deshojarse.
Osado amante, nunca, nunca podrás besarla
aunque casi la alcances, mas no te desesperes:
marchitarse no puede aunque no calmes tu ansia,
¡serás su amante siempre, y ella por siempre bella!
¡Dichosas, ah, dichosas ramas de hojas perennes
que no despedirán jamás la primavera!
Y tú, dichoso músico, que infatigable
modulas incesantes tus cantos siempre nuevos.
¡Dichoso amor! ¡Dichoso amor, aun más dichoso!
Por siempre ardiente y jamás saciado,
anhelante por siempre y para siempre joven;
cuán superior a la pasión del hombre
que en pena deja el corazón hastiado,
la garganta y la frente abrasadas de ardores.
¿Éstos, quiénes serán que al sacrificio acuden?
¿Hasta qué verde altar, misterioso oficiante,
llevas esa ternera que hacia los cielos muge,
los suaves flancos cubiertos de guirnaldas?
¿Qué pequeña ciudad a la vera del río o de la mar,
alzada en la montaña su clama ciudadela
vacía está de gentes esta sacra mañana?
Oh diminuto pueblo, por siempre silenciosas
tus calles quedarán, y ni un alma que sepa
por qué estás desolado podrá nunca volver.
¡Ática imagen! ¡Bella actitud, marmórea estirpe
de hombres y de doncellas cincelada,
con ramas de floresta y pisoteadas hierbas!
¡Tú, silenciosa forma, tu enigma nuestro pensar excede
como la Eternidad! ¡Oh fría Pastoral!
Cuando a nuestra generación destruya el tiempo
tú permanecerás, entre penas distintas
de las nuestras, amiga de los hombres, diciendo:
«La belleza es verdad y la verdad belleza»… Nada más
se sabe en esta tierra y no más hace falta
( Traducción de Julio Cortázar )

sábado, 10 de marzo de 2012

Torcuato Tasso





Sorrento, 1544-Roma, 1595) Poeta italiano. Su obra marca la culminación de la poesía renacentista italiana y anuncia el desarrollo posterior de la misma,sobre la que ejerció una enorme influencia. Hijo de Bernardo Tasso, su infancia se vio ensombrecida por el destierro de su padre a la caída de Ferrante Sanseverino, por la muerte de su madre y por constantes desplazamientos que lo llevaron a Urbino, Venecia, Padua y Bolonia. Entró al servicio del cardenal Luis de Este, a quien acompañó a París (1570-1571), y del duque Alfonso II (1572).
Su primera obra, el poema caballeresco Reinaldo(1562), marca el paso de la imitación de Ariosto a una concepción más original de la poesía. En 1573 montó para una fiesta cortesana una representación de Aminta, fábula pastoril que se publicó en 1580. La redacción de su obra maestra, el poema épicoJerusalén libertada, fue iniciada en 1559 y cuando creyó haberla finalizado, en 1575, el poema le pareció poco ortodoxo y lo envió a Escipión de Gonzaga para que lo examinase.
Empezó entonces una época crítica para el poeta, en la que trataba de salvar la libertad de su temperamento frente a las limitaciones que le imponían los críticos aristotélicos clásicos. Su vida fue desde ese momento una alternancia trágica de períodos de locura y momentos de lucidez: llegó incluso a rehacer el poema con el título de Jerusalén conquistada (1593), muy inferior al original.
Su situación se fue agravando, y sus violencias, injurias y extravagancias obligaron al duque Alfonso II a hacerlo encerrar en el asilo de Santa Ana, en el que permaneció durante siete años (1579-1586). Después de residir en Mantua, Roma y Nápoles, cuando iba a ser coronado poeta en el Capitolio, murió en el convento de Sant'Onofrio.
Es autor, además, de la canción A las princesas de Ferrara, escrita durante su reclusión en el asilo; de la tragedia El rey Turismundo (1587); de unos Discursos sobre el arte poética (1566) y Discursos del poema heroico (1595); y de una colección de Versos (1593), que representan el último gran momento de la poesía italiana del Renacimiento.




“A la que más he amado” Torcuato Tasso


A la que más he amado y adorado
cortando flores vi por la ribera;
más de las que su mano recogiera
fueron las que su pie abrió en el prado.
Millar de lazos que el Amor ha armado,
flotaba el oro de su cabellera;
el aire de su voz alivio era
del fuego de sus ojos escapado.
El río se detuvo -tal vez  quiso
de esa hermosura, vivo paraíso,
ser el espejo y de su crencha blonda.
Parecía decirle: Oh Tú, fulgente
faz, digna sólo de imperial corriente,
ven a radiar en mi tranquila onda.