sábado, 10 de marzo de 2012

Torcuato Tasso





Sorrento, 1544-Roma, 1595) Poeta italiano. Su obra marca la culminación de la poesía renacentista italiana y anuncia el desarrollo posterior de la misma,sobre la que ejerció una enorme influencia. Hijo de Bernardo Tasso, su infancia se vio ensombrecida por el destierro de su padre a la caída de Ferrante Sanseverino, por la muerte de su madre y por constantes desplazamientos que lo llevaron a Urbino, Venecia, Padua y Bolonia. Entró al servicio del cardenal Luis de Este, a quien acompañó a París (1570-1571), y del duque Alfonso II (1572).
Su primera obra, el poema caballeresco Reinaldo(1562), marca el paso de la imitación de Ariosto a una concepción más original de la poesía. En 1573 montó para una fiesta cortesana una representación de Aminta, fábula pastoril que se publicó en 1580. La redacción de su obra maestra, el poema épicoJerusalén libertada, fue iniciada en 1559 y cuando creyó haberla finalizado, en 1575, el poema le pareció poco ortodoxo y lo envió a Escipión de Gonzaga para que lo examinase.
Empezó entonces una época crítica para el poeta, en la que trataba de salvar la libertad de su temperamento frente a las limitaciones que le imponían los críticos aristotélicos clásicos. Su vida fue desde ese momento una alternancia trágica de períodos de locura y momentos de lucidez: llegó incluso a rehacer el poema con el título de Jerusalén conquistada (1593), muy inferior al original.
Su situación se fue agravando, y sus violencias, injurias y extravagancias obligaron al duque Alfonso II a hacerlo encerrar en el asilo de Santa Ana, en el que permaneció durante siete años (1579-1586). Después de residir en Mantua, Roma y Nápoles, cuando iba a ser coronado poeta en el Capitolio, murió en el convento de Sant'Onofrio.
Es autor, además, de la canción A las princesas de Ferrara, escrita durante su reclusión en el asilo; de la tragedia El rey Turismundo (1587); de unos Discursos sobre el arte poética (1566) y Discursos del poema heroico (1595); y de una colección de Versos (1593), que representan el último gran momento de la poesía italiana del Renacimiento.




“A la que más he amado” Torcuato Tasso


A la que más he amado y adorado
cortando flores vi por la ribera;
más de las que su mano recogiera
fueron las que su pie abrió en el prado.
Millar de lazos que el Amor ha armado,
flotaba el oro de su cabellera;
el aire de su voz alivio era
del fuego de sus ojos escapado.
El río se detuvo -tal vez  quiso
de esa hermosura, vivo paraíso,
ser el espejo y de su crencha blonda.
Parecía decirle: Oh Tú, fulgente
faz, digna sólo de imperial corriente,
ven a radiar en mi tranquila onda.