domingo, 7 de noviembre de 2010

 POEMAS ALFONSO CAMIN
(Poeta asturiano 1890-1982)


                            LA MADRE DEL POETA


_Madre, que nos vamos
y Manuel no está.
_Dicen que se ha ido,
pero volverá.
_Madre, que la guerra
no esta para andar,
por esos caminos
con ochenta ya.
_Si no voy contigo,
marcharé detrás.
_Madre; siete lobos
fui anoche a matar;
perseguí sus sombras
y tiré el puñal;
que eran siete obuses
sobre el olivar.
Voy a ver que hicieron;
déjame ir allá.
_Si no voy contigo,
marcharé detrás.
_Madre; tengo frío,
toso y nada más
y aunque tú me arropas,
manso de rosal,
ojos de mi cuello,
pecho de torcaz,
tú tampoco puedes
calentarme ya,
Madre: estoy enfermo,
voy a un hospital.
_Si no voy contigo,
marcharé detrás.
_Madre: ¡adiós España!
los traidores ya
vienen como los lobos
y huye el recental.
Sobre las palomas
vuelva el gavilán;
torres sin cigueñas,
niños sin hogar
¡Ay cuántas desgracias
trajo un rabadán
hasta el Pirineo,
desde Gibraltar!
Un dolor errante
y otro dolor más;
solos en la senda
sin poder andar,
¡Solos! como España,
toda en soledad,
Tú, tan viejecita,
yo, como el que más,
tiritando vamos,
siempre más allá,
sin tener abrigo,
sin que tengas pan,
bajo los obuses
de la adversidad.
_Si no voy contigo
marcharé detrás
¡Ay tierras de Francia!
Qué amargas están,
sin que a Don Quijote,
sol del ideal,
venga a recibirlo
vuestro Bergerac.
Yo voy a la arena
y al viento. Tu irás,
madre del Cachorro,
pena sin sangrar,
entre arena y vientosobre el huracán,
a dónde te lleven,
luna de mi paz,
lancha sin remeros
y ola sin el mar.
_Si no voy contigo,
marcharé detrás.
Madre, ¡que me ahoga
tanta soledad,
que era ayer llanura
y hoy es espinar!
Ya no tengo frío,
no me arropes ya,
cepa de mis viñas,
manos del rosal,
miel entre romero
y agua por San Juan,
Siento que no siento,
miro sin ver ya,
Novia de Sevilla,
torre sin cantar,
sin mis soledades,
¿Dónde quedarás?

Por tierras de Francia
odio y vendaval,
reina que descalza
sobre el cardo va.
_No te apures, hijo,
pena de cristal.
Si no voy contigo,
marcharé detrás.
Fosa sin entierro,
muerto sin hogar,
crimen sin justicia.
lágrima racial,
sol que no ha querido
monstruos alumbrar
y, antes que en mazmorras,
muere en libertad,
dos soldados negros
_noche en Senegal_
entre cuatro pobres
tablas sin pintar,
peregrino eterno,
de la soledad,
al mejor poeta
llevan a enterrar.
¿Dónde está Roxana?
¿Dónde el capitán
de la noble espada
y el airón lunar?
Francia sin poetas
como España está;
sotas de villanos
manchan el solar
y un París de lepra
baila su cancán.
Cae aquí de bruces,
se levanta allá,
triste y rezagada
por el arenal,
sólo va una madre
trémula y tenaz,
lámpara y cenizas
con el funeral;
los nublados ojos,
lágrimas la faz,
fijos en la caja
que va lejos ya;
_No te apenes, hijo;
vuelvo a caminar.
Si no voy contigo,
marcharé detrás,
A las pocas horas,
sobre el arenal
de la Francia _cardo
y odio montaraz_,
cuando ya no hay leños
con qué calentar.
ni una tierra amiga
con flor del pan
y a una soledades
va otra soledad,
se murió la anciana,
mínima y tenaz;
y aún en su delirio
dice al expirar,
cepa que sin armas
los racimos da:
_Aunque no me digas,
manos de rosa;
y aunque no haga falta
que te arrope ya,
como no hay caminos
_rosa o pedernal_
para andarlos juntos,
lirio de San Juan,
dónde tu descansas
quiero descansar.
¿No te lo decía,
pecho de coral
y alma que no supo
nunca sola andar?
Sombra de tu sombra,
luna de tu erial,
adonde tu vayas
siempre irá mi afán.
¡Si no voy contigo,
marcharé detrás!