domingo, 7 de noviembre de 2010


Amieva, Celso

El poeta Celso Amieva (1911-Moscú, 1988), seudónimo de José María Álvarez Posada, nacido accidentalmente en la localidad cántabra de Puente Sanmiguel, donde su progenitor era maestro, profesión ejercida luego por él mismo; el desenlace de la guerra civil le obligó a pasar a Francia en el año 1939; posteriormente se fue a México, donde trabajó como profesor de castellano, traductor de poemas franceses y colaborador de numerosas publicaciones de toda América, siendo condecorado en 1959 con la Medalla Artística de la Revolución Mexicana por el guión de la películaPueblo en armas; a partir de 1969 fijó su residencia en la URSS, cuyo Soviet Supremo le premió en 1985 con la Orden de la Amistad de los Pueblos; unaAntología poética suya, con selección hecha por el vate llanisco Pablo Ardisana, la editó el Principado de Asturias a través de su Servicio de Publicaciones en el año 1985

Poemas de Celso Amieva La Virgen de Guía vino por el Mar…


De Irlanda lejana, de la Verde Erin
la Virgen de Guía vino por el mar.
Vino por el mar
como vino el Santo Cristo de Candás.

Desbravando vientos, domando galernas
vino por el mar
hace cuatro siglos, cuatro siglos ya.

Vino como vienen los vientos mareros,
vino por el mar,
vino en la marea del buen marear.

Vino de la mano sabia de la luna,
vino por el mar,
vino como el ocle con yodo y con sal.

Vino por el mar
la Virgen de Guía, vino por el mar.


En el Dolmen de la Boriza

Altar o sepultura, se levanta
vera a la mar y hace sagrado el aire.
La ñétoba enigmática allí canta
y una pastora, a la que nada espanta,
sonríe, de las piedras al socaire.

El rito de los cámbaros asados
aromatiza el dolmen. ¡Sacrificio
entre los recios bloques asperjados
de sidra, a torvos dioses olvidados!
¡Pléguele al porvenir sernos propicio!

El llar humea, ennegrecido el techo
sagrado de la bóveda de llábanas.
De yedra, brezo, rozo, musgo, helecho,
vése aquí la yacija, nuestro lecho
nupcial, el sin colchones y sin sábanas.
Todo el fragor del mar llena el recinto.
Mientras la cambarada se chamusca,
remonto de la historia el laberinto
y en la imaginación mil cuadros pinto,
de mi yo prehistórico en la busca.

¡Oh zagala del dolmen! ¡Mar! ¡Boriza!
Mi alma, a las remotas eras vuelta,
corrobora su esencia primeriza
hoy, que en vuestra compaña profundiza
el gran misterio de su noche


LLANES 



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