sábado, 27 de noviembre de 2010

Mario Benedetti


Biografía
        Mario Benedetti nació en Montevideo el 14 de septiembre de 1920, en Paso de los Toros, Departamento de Tacuarembó, República Oriental del Uruguay. Entre 1938 y 1941 residió casi continuamente en Buenos Aires.
En 1945, de vuelta en Montevideo, integró la redacción del semanario Marcha. En 1949 publicó Esta mañana, su primer libro de cuentos y, un año más tarde, los poemas de Sólo mientras tanto. En 1953 apareció su primer novela, Quien de nosotros....pero fue con el volumen de cuentos Montevideanos, publicado en 1959, que tomó forma la concepción urbana de su obra narrativa. Con La Tregua, que apareció en 1960, Benedetti adquirió trascendencia internacional.

    La novela tuvo más de un centenar de ediciones, fue traducida a diecinueve idiomas y llevada al teatro, la radio, la televisión y el cine. En 1973 debió abandonar su país por razones políticas. Etapas de sus doce años de exilio fueron la Argentina, Perú, Cuba y España. Su vasta produccion literaría abarca todos los géneros, incluyendo famosas letras de canciones, y suma más de sesenta obras, entre las que se destacan la novela Gracias por el Fuego (1965), el ensayo El escritor latinoamericano y la revolución posible (1974) los cuentos de Con y sin nostalgias (1977) y los poemas de Viento del exilio (1981). En 1987 recibió el Premio Llama de Oro de Amnistía Internacional por su novela Primavera con una esquina rota. Otros libros como, La borra del café (1992), Perplejidades de fin de siglo (Seix Barral, 1993) y El olvido esta lleno de memoria (Seix Barral, 1995). Su obra poética está recogida en Inventario Uno (1950-1985), e Inventario Dos (1986-1991), Cuentos Completos (1994). Su última novela es Andamios y su último libro de poesía "La vida ese paréntesis"




Hombre que mira el cielo
Mientras pasa la estrella fugaz
acopio este deseo instantáneo
montones de deseos hondos y prioritarios
por ejemplo que el dolor no me apague la rabia
que la alegría no desarme mi amor
que los asesinos del pueblo se traguen
    sus molares caninos e incisivos
    y se muerdan juiciosamente el hígado
que los barrotes de las celdas
    se vuelvan de azúcar o se curven de piedad
    y mis hermanos puedan hacer de nuevo
    el amor y la revolución
que cuando enfrentemos el implacable espejo
    no maldigamos ni nos maldigamos
que los justos avancen
    aunque estén imperfectos y heridos
que avancen porfiados como castores
    solidarios como abejas
    aguerridos como jaguares 
y empuñen todos sus noes
    para instalar la gran afirmación
que la muerte pierda su asquerosa puntualidad
que cuando el corazón se salga del pecho
    pueda encontrar el camino de regreso
que la muerte pierda su asquerosa
    y brutal puntualidad
    pero si llega puntual no nos agarre 


muertos de vergüenza
que el aire vuelva a ser respirable y de todos
y que vos muchachita sigas alegre y dolorida
    poniendo en tus ojos el alma
    y tu mano en mi mano

y nada más
porque el cielo ya está de nuevo torvo
    y sin estrellas
con helicóptero y sin dios