martes, 15 de noviembre de 2011

Antonio Gala

(Brazatortas, Ciudad Real, 1937) Dramaturgo, novelista y poeta español. Criado en Córdoba, realizó sus estudios primarios y de bachillerato en la ciudad andaluza, en un colegio de La Salle. Posteriormente estudió Derecho en la Universidad de Sevilla, y tras obtener la licenciatura, Filosofía y Letras y Ciencias Políticas y Económicas en Madrid. Tras algunos años de dificultades económicas, en los que tuvo que trabajar como peón de albañil, repartidor de una panadería y dar clases, residió algún tiempo en Florencia. Fue profesor de Filosofía y de Historia del Arte en diversos colegios de Madrid.

Escritor precoz, se inició en la literatura en el círculo de la revista Cántico. Se considera a sí mismo un poeta, por encima de todo. De hecho, toda su obra tanto dramática como narrativa está impregnada de un fuerte lirismo, que cierta crítica ha calificado de trasnochado y anacrónico. Tras obtener el premio Adonais por el libro de poemas Enemigo íntimo(1959), publicó el poemario La deshonra (1962) y comenzó su actividad como dramaturgo con Los verdes campos del Edén (1963), obra sorprendentemente madura en la que el tono metafórico alcanzó tintes extremos y que sería galardonada con el Premio Calderón de la Barca (1963) y el Ciudad de Barcelona (1965).
A partir de entonces pudo dedicarse por entero a la literatura. Entre su producción inmediatamente posterior cabe destacar El caracol en el espejo (1964),El sol en el hormiguero (1966), Noviembre y un poco de yerba (1967), Los buenos días perdidos (1972) y Anillos para una dama (1973), obras con las que obtuvo grandes éxitos de taquilla no siempre refrendados por la crítica. Los elementos simbólicos del teatro de Antonio Gala pretendieron interpretar la realidad contemporánea española: todos estos textos son resultado de la fusión de contenidos líricos, sociales y de crítica moral, expresados con frecuencia a través de metáforas intemporales que proporcionan al espectador las claves para entender el presente.
Otros títulos importantes fueron Las cítaras colgadas de los árboles (1974), Petra regalada (1980), El cementerio de los pájaros (1982), El hotelito (1985),Séneca o el beneficio de la duda (1987), La truhana(1992) y Los bellos durmientes (1994). El autor ha llevado a cabo una prolífica labor como articulista en diversas publicaciones y ha escrito guiones de televisión como los de la serie Paisaje con figuras,editados en 1985.
En la década de los 90 hizo incursiones en el campo de la narrativa con títulos como El manuscrito carmesí(1990), por el que obtuvo el Premio Planeta, La pasión turca (1993) y La regla de tres (1996), cuyo denominador común es el análisis de las inclinaciones eróticas de los personajes femeninos, cuya sensualidad se manifiesta por medio de un lenguaje convencionalmente poético. La pasión turca fue uno de los libros más leídos del año en España, y de ella se hizo una adaptación cinematográfica que no satisfizo demasiado a su autor.
También es autor de los cuentos reunidos en El corazón tardío (1998) y de una compleja novela, próxima al género ensayístico, titulada Las afueras de Dios (1999). Posterior es su libro de memorias Ahora hablaré de mí (2000). En 1997, tras treinta años sin publicar poesía, editó Poemas de amor. De sus libros de poesía más recientes destacan Testamento andaluz (1994) y El poema de Tobías desangelado(2005). Antonio Gala ha sido asimismo autor de comedias musicales: Suerte, campeón (1973), El veredicto (1984), Carmen Carmen (1988), y del libreto de la ópera Cristóbal Colón (1985).


Condena

A trabajos forzados me condena
mi corazón, del que te di la llave.
No quiero yo tormento que se acabe,
y de acero reclamo mi cadena.

Ni concibe mi mente mayor pena
que libertad sin beso que la trabe,
ni castigo concibe menos grave
que una celda de amor contigo llena.

No creo en más infierno que tu ausencia.
Paraíso sin ti, yo lo rechazo.
Que ningún juez declare mi inocencia,

porque, en este proceso a largo plazo
buscaré solamente la sentencia
a cadena perpetua de tu abrazo.

Quizá el amor es simplemente esto...

Quizá el amor es simplemente esto:
entregar una mano a otras dos manos,
olfatear una dorada nuca
y sentir que otro cuerpo nos responde en silencio.

El grito y el dolor se pierden, dejan
sólo las huellas de sus negros rebaños,
y nada más nos queda este presente eterno
de renovarse entre unos brazos

Maquina la frente tortuosos caminos
y el corazón con frecuencia se confunde,
mientras las manos, en su sencillo oficio,
torpes y humildes siempre aciertan.

En medio de la noche alza su queja
el desamado, y a las estrellas mezcla
en su triste destino.
Cuando exhausto baja los ojos, ve otros ojos
que infantiles se miran en los suyos.

Quizá el amor sea simplemente eso:
el gesto de acercarse y olvidarse.
Cada uno permanece siendo él mismo,
pero hay dos cuerpos que se funden.

Qué locura querer forzar un pecho
o una boca sellada.
Cerca del ofuscado, su caricia otro pecho exige,
otros labios, su beso,
su natural deleite otra criatura.

De madrugada, junto al frío,
el insomne contempla sus inusadas manos:
piensa orgulloso que todo allí termina;
por sus sienes las lágrimas resbalan...
Y sin embargo, el amor quizá sea sólo esto:
olvidarse del llanto, dar de beber con gozo
a la boca que nos da, gozosa, su agua;
resignarse a la paz inocente del tigre;
dormirse junto a un cuerpo que se duerme.