viernes, 22 de febrero de 2019

Noche fría y oscura © Kenam

Son las cinco de la mañana. Noche fría y oscura
El silencio de la noche, se vio interrumpido.. por el crujir de un colchón relleno de paja y de las tablas maltrechas de una cama...Un suspiro, un bostezo y el chasquido que produce una cerilla al ser encendida.
La oscuridad se desvanece al prender un ahumado candil de petróleo, en aquel cuarto de negras y frías paredes de piedra.... Parece que quisiera jugar la luz del candil con las paredes, plasmando en sus piedras juegos de luces y sombras... muchas de ellas grotescas, que le daban formas tenebrosas y espectrales.
Pasos... el chirriar de una vieja puerta de tea.. Afuera frío, mucho frío y una oscuridad inquietante... Unos pies desnudos pisan las frías y húmedas piedras que conforman un estrecho y corto patio... Deposita un poco de agua en un cubo de lata oxidada, en una piedra con forma de lavadera, sus manos agrietadas recogen agua y se moja la cara... No hace falta mucha agua para acabar de despertar, pues la helada agua es capaz de resucitar a un muerto.
Un paño con más roturas que tela, seca el agua de su rostro. se sienta en una piedra y se pone unas usadas alpargatas de suela de esparto, se levanta y se dirige hacia un pequeño corral en donde hay un par de cabras... En una esquina hay un brazado de tagasastes.
Vinagreras y lechugones. La cual se dispone a poner en la postura de las cabras, coge una pequeña banqueta y se sienta en ella... deposita en el suelo un mango y comienza a ordeñar con sus manos expertas de tantas veces que ha realizado esta tarea.
De vuelta al cuarto con el mago de leche, abre el cacharro del gofio. Pone unas cucharadas en la leche y bebe
Se pone unos pantalones y por encima una batola, se acerca a una esquina del cuarto en donde hay un cajón de tablas. Se apoya en ella y mira con cierta ternura, unos segundos ... a un bebé que duerme placidamente. Arropado por un sinfín de mantas y trapos... Acaricia su pelo y cara. y con una leve sonrisa se da la vuelta y sale del cuarto, cerrando la vieja puerta con sumo cuidado, para no despertar a su hijo.
Ya afuera se puede empezar a ver un atisbo de claridad, en una talega de tela, pone un puñado de almendras, unos pocos higos pasados y un trozo de queso, que ni los ratones le quieren hincar el diente... Se pone sobre su cabeza una pañoleta de color oscuro, debe ser... Y comienza a caminar por un camino que la llevará hasta las cumbres.
Camino, que siempre tira para arriba, largo y empinado.. Ya asoma por la cumbre la claridad de un nuevo día.
Por el camino va cogiendo un poco de hierba y leña, la cual va dejando a la sombra de alguna cueva, siguiendo su camino hasta llegar a la cumbre.. A lo lejos se oye el sonido de unos cencerros que llevan algunas cabras.. Al irse acercando.. Las cabras vienen a su encuentro.. Se sienta en una piedra y con un balde que deposita en el suelo.. en casi perfecta fila las cabras aguardan pacientemente para ser ordeñadas.
Un frío y seco " Hola" sale de la boca de su hermano "El cabrero" que aparece de pronto por una ladera de la cumbre, junto a "Compañero " un pastor garafiano de muy bello porte... Mientras ordeñan hablan de sus cosas, de como está la gente por abajo... Acabado el ordeño se despiden y carga sobre su cabeza una cesta con el queso de los días anteriores.
Comienza el recorrido inverso al de esta mañana, pero ahora cargada, con el queso y los fejes de leña y pasto para las cabras, que había recogido mientras subía, haciendo unas pequeñas paradas para descansar y saludar a las gentes que transitan por dicho camino....
Al caer la tarde, llega a su casa, cansada... muy cansada, deja el feje de leña junto a una pequeña cocina y el feje de pasto en el corral de las cabras y luego con sumo cuidado la cesta con el queso...
Rauda entra en el cuarto y va presurosa al cajón de tablas en donde está su hijo, con ganas de verlo despierto... " Vaya por Dios, otra vez lo mismo " susurró con cierta melancolía.
Día tras día no consigue verlo despierto.. Después de otra nueva decepción, esboza una sonrisa y toca su cara con sus asperas manos con cierta ternura.
Prende el candil que está sobre una negra mesa de tea.. Y se dispone a prender fuego a un poco de leña para calentar un poco de agua, para poner unas hojas de hierbaluisa y cidrera, para que le caliente el estomago y le ayude a bajar un pedazo de pan ya duro y un poco de gofio amasado..
Entra una vecina al cuarto, la cual cuida de su hijo mientras ella no está, hablan de como le ha ido hoy a su hijo, y de sus cosas, y luego de darle las gracias... se despide.
Se sienta en el colchón de paja y se saca las alpargatas y se recuesta por encima de la trapera a descansar su maltrecho cuerpo.. No tarda en cerrar sus ojos... dentro de unas horas, vuelta a la misma rutina
Esa mujer, esa hembra tijarafera, esa guerrera luchadora de la vida, esa madre que antepone su vida por el bienestar de su hijo... esa mujer puede ser la madre de cualquier hijo...
PERO ESA MUJER... ES MI MADRE
Me siento afortunado de ser TU HIJO .
                                                                KENAM