domingo, 21 de agosto de 2011

CECILIA MEIRELES

Los aficionados a la literatura carioca recuerdan con profunda admiración la figura de Cecília Meireles por los importantes aportes literarios que realizó en Brasil esta mujer nacida en Río de Janeiro el 7 de noviembre de 1901.

Durante su infancia y juventud, la también profesora y periodista convivió con Jacinta García, su abuela materna, ya que su padre, Carlos Alberto de Carvalho Meireles, había muerto antes de su llegada al mundo y su madre, Matilde Benavides, había corrido la misma suerte cuando ella era apenas una niña de tres años de edad.
Esta realidad que le tocó enfrentar la convirtió en una persona solitaria e introvertida que prefería rodearse de libros antes que vincularse con chicos de su edad. Producto de esta particularidad, con sólo nueve años de vida, quien fuera estudiante de la Escuela Normal de Río y del Conservatorio de Música ya había dado muestras de interés hacia la poesía, un género que le permitió quedar en la historia como la gran poetisa de la lengua portuguesa.
Tras estudiar idiomas, Literatura, Música y Teoría Educacional, Meireles contrajo matrimonio con Fernando
Correia Dias  , un pintor con el que llegaría a tener tres hijas. En 1940, a cinco años de haber quedado viuda, la autora volvería a apostar por el amor en compañía de un profesor e ingeniero agrónomo llamado Heitor Vinícius da Silveira Grilo.
Aunque siempre es interesante conocer la vida personal de los escritores para humanizarlos y apreciar mejor su legado, ellos no ganan popularidad por lo que ocurre en su intimidad sino por las aptitudes que demuestran sobre un papel. Por ese motivo, resulta imprescindible recordar a Cecilia Meireles como la creadora de títulos como “Espectros”, “Baladas para el rey”, “Crianza, mi amor”, “Viaje”, “Retrato natural” y “Poemas escritos en la India.
Varias de esas propuestas, además de haber sido traducidas a numerosos idiomas, le permitieron a esta poetisa que falleció en su ciudad natal el 9 de noviembre de 1964 obtener distinciones como el Premio de Poesía Olavio Bilac, el título de Doctora Honoris Causa por la Universidad de Nueva Delhi y el Premio Jabuti, entre otros.


Poema Carta de Cecilia Meireles


Yo, sí -¿Pero y la estrella de la tarde, que subía y descendía
de los cielos cansada y olvidada?
  ¿Y los pobres, que golpeaban las puertas, sin resultado, haciendo
vibrar la noche y el día con su puño seco?
  ¿Y los niños, que gritaban con el corazón aterrado?: “¿por qué
nadie nos responde?”
¿Y los caminos, y los caminos vacíos, con sus manos extendidas
inútilmente?
¿Y el santo inmóvil, que deja a las cosas continuar su rumbo?
¿Y las músicas encerradas en cajas, suspirando con las alas
recogidas?
¡Ah! ?Yo, sí ?porque ya lo lloré todo, y despedí mi cuerpo
usado y triste,
y mis lágrimas lo lavaron, y el silencio de la noche lo enjugó.
Pero los muertos, que enterrados soñaban con palomas ligeras
y flores claras,
y los que en medio del mar pensaban en el mensaje que la playa
desplegaría rápidamente hasta sus dedos…
Pero los que se adormecieron, de tan excesiva vigilia ?y que yo
no sé si despertarán…
y los que murieron de tanta espera… -y que no sé si fueron salvados.
Yo, sí. Pero todo esto, todos estos ojos puestos en ti, en lo alto
de la vida,
no sé si te mirarán como yo,
renacida y desprovista de venganzas,
el día que necesites el perdón.