domingo, 20 de febrero de 2011

PEDRO GARFIAS (Salamanca, 1901-México, 1967)

PEDRO GARFIASPedro Garfias nació en Salamanca el 27 de mayo de 1901, aunque por linaje, arraigo y vocación se le puede considerar andaluz. Ama y siente a Andalucía. "Algún día / Andalucía será / nuestra, como nuestra es / y ya nada importará / el ahora y el después",  dijo el poeta.
En 1918, Pedro Garfias se traslada a Madrid, para cursar estudios de Derecho que nunca terminó. Desde esa fecha hasta 1921, formó parte del movimiento poético vanguardista más importante de este siglo, el ultraísmo.
Cuando abandona a los ultraístas, funda la revista Horizonte, que en el año de su fundación conseguía publicar trabajos de Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Jorge Guillén y Federico García Lorca entre otros.
Desde 1923 a 1933, vive en distintos pueblos andaluces, Ecija, Osuna, Cabra y La Carolina. En 1933 vuelve a instalarse en Madrid. Cuando estalla la guerra es nombrado comisario político de Pozoblanco (Córdoba). En 1937, cuando estaba en Madrid, recibió la noticia de su destitución. Los dos últimos años de la guerra los pasó Garfias entre Valencia y Barcelona. Durante la guerra publica en el periódico Frente Rojo y en la revista Hora de España.
En 1938 obtuvo el Premio Nacional de Literatura por su libro Poesías de la guerra española. En el tribunal se encontraba don Antonio Machado. En abril de 1939 marcha a Inglaterra donde escribe su libro fundamental Primavera en Eaton Hasting, que según palabras de Dámaso Alonso, es el mejor poema del destierro español. Ese mismo año embarca hacia México. En el barco traba amistad con otro gran poeta español, muerto en el exilio, Juan Rejano.
Pedro Garfias inicia su vida errabunda por todas las ciudades de México. Se sobreponía a su necesidad de alcohol bebiendo más alcohol. Vivía y bebía de sus recitales y conferencias. Sorprendía a todos los auditorios por tan prodigiosa memoria, su forma de recitar, que calaba hasta los huesos, y su bohemia pobreza.
El 9 de agosto de 1967, Pedro Garfias murió en Monterrey (México). Tenía sesenta y seis años de edad, pero parecía más viejo, enormemente viejo, con su andar torpe y un cuerpo lleno de dolores. Pero dentro de su cuerpo ruinoso, su voz purísima de juglar errante: "Perdón pedía a la piedra / y a todas partes llegaba"
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Lleva la cruz al hombro..

Lleva la cruz al hombro,
tres veces no, mil veces caído y levantado;
ya su vida es escombro;
va por la calle ya crucificado.
No pavor, sino asombro,
verlo lo mismo y ya transfigurado.
Nadie lo nombrará, ni yo lo nombro,
ni nadie lo ha nombrado.
No resucitará,
nadie le rezará,
nadie balbuceará por la noche su nombre.
Dejó toda su sangre repartida.
Más que su muerte le duró su vida:
¡no era Dios, era hombre!

              

PEDRO GARFIAS